sábado, 10 de diciembre de 2016

Espejos

Borges estaba fascinado, entre los muchos temas que trata su obra, con los espejos. Piénselo, durante miles de años nadie podía ver su propio rostro de una forma nítida, y cierto día..., ¡SOPAS!: la raza humana pudo contemplarse y reconocerse. El ser humano pudo mirar el reflejo de su rostro en un espejo y, a la vez, mirar el reflejo de su persona, -con todo lo que conlleva en ello-.




Gertrud, de Carl Theodor Dreyer (1964)

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