domingo, 25 de diciembre de 2016

Remembranzas

A punto de terminar este año, creo que es un buen momento para reflexionar.

¿Pero por qué hacerlo? Porque, a veces, es necesario un recuento, una especie de compendio sobre hechos y momentos que, por alguna u otra razón, dejaron una huella dentro de uno mismo. Una especie de balanza intima, un convenio consigo mismo.

Haciendo una remembranza –remota, confusa y lucidamente; como debe ser-, este año que termina, me dejo muchas enseñanzas, muchas reflexiones y mucha madurez.

Pero, por suerte, olvide todo eso. ¡Te gané, 2016!

Un momento, ¡cómo que no iba así?

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