Hace rato que no
releía ‘El Muro’, Jean Paul Sartre.
La obra de Sartre
está plagada de una existencialismo que adereza con un pesimismo muy
característico, pero, especialmente, en este libro es fácil de digerir y
entender (a diferencia de otros, donde a veces se debraya en demasía).
Me gusta pensar que
todo el tiempo, Sartre está hablando de la conciencia, y es que, ¿en que otro
lugar se puede ser libre –o casi–? Sin embargo, más allá de ser una especie de
‘ambrosía’ (en la mitología griega los dioses se reunían a beber este néctar;
los hacía inmortales y los mantenía eternamente jóvenes), es más una fuente
angustia. Parafraseándolo: el hombre está condenado a ser libre y esto le
genera angustia.
Muy chido libro.
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