lunes, 22 de junio de 2015
La larga marcha
'La
larga marcha', de Stephen King, es uno de esos libros que sin ser una obra maestra, pasa a ser
uno de tus libros favoritos. Me explico:
supongo que, para bien o mal, así es la
gran parte de todo: un caminar y caminar hacia adelante sin saber muy bien por qué
y hacia donde se va; simplemente, sigues y sigues -sea lo que eso signifique-.
viernes, 19 de junio de 2015
Agujero negro
En la antesala de la muerte, trato de recordar todos los eventos que me llevaron a este preciso momento. Recuerdo mi solicitud para entrar a Las Fuerzas Coloniales de la Tierra, el duro entrenamiento y el protocolo que hay qué seguir en una hipotética situación como esta.
Siempre supuse que las leyes de la termodinámica explicaban todo. Que la entropía le daba sentido a todo.
Sin embargo, a punto de caer en el horizonte de sucesos, recuerdo a mi madre diciéndome que me ponga el suéter porque hace frió, a mi padre contando sus chistes malos y soltando la carcajada. A punto de morir de este lado del vórtice, echo de más lo que un día eché de menos. Pero ya es muy tarde para regresar y tomar otra decisión, quizás siempre es tarde para todo. Al final, sólo queda aceptar que no importa lo que hagas, siempre te equivocarás, que todo 'suckea', y ya.
Pero no está tan mal, ¿qué me dicen de ser el primer humano en caer en un agujero negro?
(Nota del autor: Sí, en el cuento hay fusiles a Carl Sagan, La vieja Guardia y
Doctor Who)
martes, 16 de junio de 2015
Historias sobrenaturales
Yo una
vez salude a alguien que no conocía. Fue muy incomodo… ¡Qué? Lo siento,
Señores espiritistas, no tengo historias sobrenaturales o parecidas.
Bueno, desde el capítulo de 'Blink', de Doctor Who, a las estatuas me les quedo viendo a ver sí se mueven.
Bueno, desde el capítulo de 'Blink', de Doctor Who, a las estatuas me les quedo viendo a ver sí se mueven.
Don't Blink
lunes, 15 de junio de 2015
Tiempo
En las películas, literatura, etc. los personajes recuerdan con lujo de detalle muchas situaciones pasadas. En la vida real pocas personas pueden recordar así. La mayor parte son recuerdos difusos, recuerdos que con el paso del tiempo quizás toman una nueva dimensión; símbolo de una memoria imperfecta. A lo mejor, como diría Borges, si «estamos hecho de tiempo» y de memorias difusas, como infinitos espejos rotos reflejándose entre si:
Diálogos con Borges: el orden y el tiempo.
—Osvaldo Ferrari: Una de las impresiones que uno tiene al conocer su obra y al conocerlo a usted, Borges, es la de que hay un orden al que usted guarda rigurosa fidelidad.
—Jorge Luis Borges: Me gustaría saber cuál es (ríe).
—Osvaldo Ferrari: Bueno, es un orden que preside, naturalmente, su escritura y sus actos.
—Jorge Luis Borges: Mis actos, yo no sé. La verdad es que he obrado de un modo tan irresponsable... Usted dirá que lo que yo escribo no es menos irresponsable, pero yo trato de que lo sea, ¿no? Además, tengo la impresión de vivir... casi de cualquier modo. Aunque trato de ser un hombre ético, eso sí. Pero mi vida es bastante casual, y trato de que mi escritura no sea casual, es decir, trato, bueno, de que haya algo de cosmos, aunque sea esencialmente el caos. Como puede ocurrir con el universo, desde luego: no sabemos si es un cosmos, o si es un caos. Pero, muchas cosas indican que es un cosmos: tenemos las diversas edades del hombre, los hábitos de las estrellas, el crecimiento de las plantas, las estaciones, las diversas generaciones también. De modo que cierto orden hay, pero un orden... bastante pudoroso, bastante secreto, sí.
—Osvaldo Ferrari: Hoy quisiera hablar con usted sobre aquello que me ha parecido su mayor preocupación: me refiero al tiempo. Usted ha dicho que la palabra eternidad es inconcebible.
—Jorge Luis Borges: Es una ambición del hombre, yo creo: la idea de vivir fuera del tiempo. Pero no sé si es posible, aunque dos veces en mi vida yo me he sentido fuera del tiempo. Pero puede haber sido una ilusión mía: dos veces en mi larga vida me he sentido fuera del tiempo, es decir, eterno. Claro que no sé cuánto tiempo duró esa experiencia porque estaba fuera del tiempo. No puedo comunicarla tampoco, fue algo muy hermoso.
—Osvaldo Ferrari: Sí, no es concebible la eternidad; así como, quizá, hablamos del infinito pero no es concebible por nosotros, aunque sí podemos concebir lo inmenso...
—Jorge Luis Borges: Bueno, en cuanto a lo infinito, digamos, lo que señaló Kant: no podemos imaginarnos que el tiempo sea infinito, pero menos podemos imaginarnos que el tiempo empezó en un momento, ya que si imaginamos un segundo en el que el tiempo empieza, bueno, ese segundo presupone un segundo anterior, y así infinitamente Ahora, en el caso del budismo, se supone que cada vida está determinada por el karma tejido por el alma en su vida anterior. Pero, con eso nos vemos obligados a creer en un tiempo infinito: ya que si cada vida presupone una vida anterior, esa vida anterior presupone otra vida anterior, y así infinitamente. Es decir, no habría una primera vida, ni tampoco habría un primer instante del tiempo.
—Osvaldo Ferrari: En este caso habría una sospechosa forma de eternidad.
—Jorge Luis Borges: No, de eternidad no: de infinita prolongación del tiempo. No, porque la eternidad creo que es otra cosa; la eternidad yo he escrito sobre eso en un cuento que se llama “El Aleph” es la, bueno, la muy aventurada hipótesis de que existe un instante, y que en ese instante convergen todo el pasado, todos nuestros ayeres como dijo Shakespeare, todo el presente y todo el porvenir. Pero, eso era un atributo divino,
—Osvaldo Ferrari: Lo que se ha llamado la triada temporal
—Jorge Luis Borges: Si, la triada temporal.
Ahora, lo que advierto es que esta familiaridad por momentos angustiosa, con el tiempo, o con la preocupación por el tiempo que usted tiene, bueno, me ha hecho sentir que en esos momentos en que usted habla del tiempo, el tiempo parece corporizarse, parece tomar forma corpórea, parece percibírselo como un ente corporal.
Y, en todo caso, el tiempo es más real que nosotros. Ahora, también, podría decirse y eso lo he dicho muchas veces que nuestra sustancia es el tiempo, que estamos hechos de tiempo. Porque, podríamos no estar hechos de carne y hueso: por ejemplo, cuando soñamos, nuestro cuerpo físico no importa, lo que es importa es nuestra memoria y las imaginaciones que urdimos en esa memoria. Y eso es evidentemente temporal y no espacial.
Tomado de: "Conversaciones de Jorge L. Borges con Osvaldo Ferrari", aparecidas en 1984 en el periódico Tiempo Argentino
domingo, 14 de junio de 2015
Noctuario
A mí Thomas Ligotti sí me provoca miedo. ¿Cosas sobrenaturales, fantasmas y esas cosas? ¡Bah! Lo realmente espeluznante son los absurdos y sin sentidos de la naturaleza y conciencia humana, el caos imperante en casi todo, la finitud humana en un universo, prácticamente, infinito, el vació y hastió presente en casi todas las cosas.
Thomas Ligotti es una voz subversiva que te golpea y destroza la cabeza, como si de un gorila espalda plateada se tratara.
Dregler se hizo otra docena de preguntas sobre aquel trivial itinerario, aquel húmedo día, y la ciudad a su alrededor, donde se multiplicaban los paraguas como champiñones bajo el cielo gris, hasta que estuvo totalmente convencido de carecer de cualquier sensación de bienestar. Un poco antes le había preocupado que el flujo de sus propias reacciones a lo largo de ese día no fuera el de un hombre que con toda probabilidad iba a enfrentarse a la Medusa. Le preocupaba llegar a tomarse este recorrido y su destino con demasiado entusiasmo, o como si fuera algún tipo de aventura; en resumen, temía que su actitud pudiera resultar ser, hasta cierto punto, la actitud de un demente. Estar cuerdo, sostenía, significaba o bien estar sedado por la melancolía o activado por la histeria, dos reacciones que están «disponibles siempre y por igual para aquellos de correcto entendimiento». Todas las demás reacciones eran irracionales, simples síntomas de imaginaciones perezosas, de recuerdos ociosos. Y más allá de estas reacciones mundanas, la única elevación posible, la única trascendencia válida, era el sarcasmo: un gozo que aniquilaba el universo visible con burlas de oscuro júbilo, un éxtasis consciente. Cualquier otra cosa en el camino hacia el «misticismo» era una señal de desvío o distracción, y una herejía contra lo evidente.
sábado, 13 de junio de 2015
Charlie Charlie
Charlie Charlie.
Charlie Charlie, ¿esta afirmación es
falsa?
Charlie Charlie, cuando se han reemplazado todas las partes de
un barco, ¿sigue siendo el mismo barco?
Charlie Charlie, ¿es cognosible el ser?
Charlie Charlie, ¿es de mala suerte ser
supersticioso?
*Charlie explota*
viernes, 12 de junio de 2015
Coyote
Tengo la teoría de que quién escribía 'El Coyote y el Correcaminos', odiaba a El Coyote. En serio, el Coyote en todos sus intentos siempre termina fallando por un error suyo o un defecto de los productos Acme.
Pobre Coyote, arrojado a un mundo hecho por tu creador, donde la ilusión siempre va un paso más adelante de ti y ,aunque se te vaya la vida en ello, jamás la podrás alcanzar.
Pobre Coyote, arrojado a un mundo hecho por tu creador, donde la ilusión siempre va un paso más adelante de ti y ,aunque se te vaya la vida en ello, jamás la podrás alcanzar.
jueves, 11 de junio de 2015
Dinoplativolos
Los Dinoplativolos se están escapando...
Los Dinoplativolos tienen un muy bonito trasfondo. Me explico (usando una breve descripción de Wikipedia):
«Un grupo de dinosaurios evolucionados
intergalácticos llamados Dinoplatívolos viaja a la tierra desde su planeta de
origen llamado Reptilón que se encuentra en la misma órbita de la tierra pero
en el lado opuesto al sol, para buscar una solución debido que su planeta
estaba a punto de ser destruido. Contactan a un grupo de jóvenes humanos que
será llamado el Dinoescuadrón Secreto que los ayudará. Pero el problema reside
en que fueron seguidos por un grupo llamado Tyrannos, que viene con el
propósito de conquistar la tierra y sembrar el mal»1.
Sí, todo eso suena posible, y bastante
sugerente, por cierto. Y si uno se quiere poner más, por llamarlo de un modo,
metafísico, hasta el líder de los Tyrannos, Genghis Rex, realmente no parece
ser malvado, sólo un poco testarudo.
Rifando
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