En cosas sin importancia:
Es bien curioso como muchas de nuestras experiencias con el paso del tiempo van convirtiéndose en recuerdos casi casi sin sentido. Como, por ejemplo, el uso y la imagen de ‘Clippy’.
Es bien curioso como muchas de nuestras experiencias con el paso del tiempo van convirtiéndose en recuerdos casi casi sin sentido. Como, por ejemplo, el uso y la imagen de ‘Clippy’.
*Pausa de 1 minuto para que el lector lo recuerde*
Sí, ese mismo, aquel curioso ayudante de Microsoft Office —que
estuvo desde Office 98 hasta Office 2003— y que tenía una de las mejores
apariencias que a alguien pudiera ocurrírsele para ser el asistente de un programa
de ofimática: Un clip.
(En serio, espero al diseñador haya recibido un aumento)
Y bien, este amigable asistente fue para muchos de nosotros la primera aproximación a Office. Y a lo mejor ahorita ha de ser medio común el uso de Word, pero en aquellos tiempos, para muchos de nosotros, ver una interfaz con un montón de botoncitos resultaba algo enredoso —porque zonzos— e incluso hasta intimidante. Y así, Clippy mediante sus consejos (algunos muy útiles), sus apariciones cuando cometíamos algún error y sus recorridos por la pantalla nos hizo más ameno y agradable el primer acercamiento y posterior aprendizaje a Word, Exel y Power Point.
Y aunque a veces hacia comentarios medio bromistas y burlescos, este asistente siempre estaba para intentar ayudar.
Por supuesto, había gente que odiaba a Clippy, pero estos no cuentan… porque, ¿quién puede odiar a esta cosa tan linda? ¿Ya le vieron los ojitos?
Qué regrese Clippy.
(En serio, espero al diseñador haya recibido un aumento)
Y bien, este amigable asistente fue para muchos de nosotros la primera aproximación a Office. Y a lo mejor ahorita ha de ser medio común el uso de Word, pero en aquellos tiempos, para muchos de nosotros, ver una interfaz con un montón de botoncitos resultaba algo enredoso —porque zonzos— e incluso hasta intimidante. Y así, Clippy mediante sus consejos (algunos muy útiles), sus apariciones cuando cometíamos algún error y sus recorridos por la pantalla nos hizo más ameno y agradable el primer acercamiento y posterior aprendizaje a Word, Exel y Power Point.
Y aunque a veces hacia comentarios medio bromistas y burlescos, este asistente siempre estaba para intentar ayudar.
Por supuesto, había gente que odiaba a Clippy, pero estos no cuentan… porque, ¿quién puede odiar a esta cosa tan linda? ¿Ya le vieron los ojitos?
Qué regrese Clippy.
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