jueves, 29 de junio de 2017

Cosas sin importancia

En cosas sin importancia, este año no he leído la cantidad que desearía;  por alguna u otra razón, no he podido comenzar con títulos que tengo en lista de espera.

Más allá de eso, me he dedicado más a re-leer fragmentos o capítulos  de obras que considero importantes: Larry Niven, Ligotti, Sagan, Borges, Robert Silverberg, Asimov, Rulfo, Jardiel Poncela, Ibargüengoitia, Dostoievski, Douglas Adams, Sartre, Baudelaire, entre otros, han sido las lecturas que me han acompañado este año.

¿Pero por qué no comenzar con títulos nuevos? En mi opinión, hay ciertas lecturas que exigen un seguimiento casi ininterrumpido, y que a veces por cuestiones de tiempo u otra cosa, no es posible llevar a cabo. Además, es muy feo, como en un montón de cosas, dejar algo a medio comenzar.

En cambio, re-leer, es re-descubrir algo que se siente familiar, que es conocido y que, a priori, exige un esfuerzo en tiempo menor. Sin embargo, es por demás curioso, como fragmentos y capítulos que uno considera cercanos, van obteniendo otro significado, incluso hasta se sienten distantes. Y, en cambio, otros fragmentos cobran un sentido nuevo, algo, que en su momento, uno noto su importancia y lo chido que son.

No me gustaría usar la palabra madurar, porque, bueno, no soy mucho de la idea de ello, simplemente, considero que crecer es hacer las cosas de un modo diferente al cual usualmente haríamos. En las cuales, a veces, se va para adelante, a veces para atrás, y otras veces, se sigue igual y no pasa nada.

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