Es por demás curioso, como en el silencio de la noche,
sentado frente al monitor, con el único sonido audible y proveniente del
ventilador de la computadora, mirando el techo de la habitación, a uno le llega
un cierto grado de abstracción acerca de algunas cosas, cosas que con el ruido
del día éstas no logran visualizarse, pero, que en la penumbra de la noche,
salen a flote.
Pareciera que en la penumbra, en la noche, en la
oscuridad, y alejados de la cotidianidad de la existencia diaria, aquellos
pensamientos que permanecen invisibles emergen y toman la forma de preguntas,
preguntas grabadas en lo más profundo de nuestra psique, y que han estado ahí
por no sé cuánto tiempo, pero que siempre han estado presentes, esperando para
desbordarse.
Es preciso materializar estas preguntas para capturarlas
y no darles tregua, porque únicamente con un descarnado conocimiento sobre
estas nos permite una comprensión de nosotros mismos. Así que es momento de
formular la pregunta -por más duro que sea-:
¿Quién ganaría en una pelea entre Rambo y Rocky?
...
...
...
¡Un momento! ¡Cómo que no deben de ser ese tipo de preguntas
y ni va así?