Como cada 25 de mayo, en honor a Douglas Adams, hoy es El Día de la
Toalla:
«Debajo del libro, Ford Prefect llevaba en el bolso unos biros, un
cuaderno de notas y una amplia toalla de baño de Marks y Spencer.
La Guía del autoestopista galáctico tiene varias cosas que decir
respecto a las toallas.
Dice que una toalla es el objeto de mayor utilidad que puede poseer un
autoestopista interestelar. En parte, tiene un gran valor práctico: uno puede
envolverse en ella para calentarse mientras viaja por las lunas frías de jaglan
Beta; se puede tumbar uno en ella en las refulgentes playas de arena marmórea
de Santraginus V, mientras aspira los vapores del mar embriagador; se puede uno
tapar con ella mientras duerme bajo las estrellas que arrojan un brillo tan purpúreo
sobre el desierto de Kakrafun; se puede usar como vela en una balsa diminuta
para navegar por el profundo y lento río Moth; mojada, se puede emplear en la
lucha cuerpo a cuerpo; envuelta alrededor de la cabeza, sirve para protegerse
de las emanaciones nocivas o para evitar la mirada de la Voraz Bestia
Bugblatter de Traal (animal sorprendentemente estúpido, supone que si uno no
puede verlo, él tampoco lo ve a uno; es tonto como un cepillo, pero voraz, muy
voraz); se puede agitar la toalla en situaciones de peligro como señal de
emergencia, y, por supuesto, se puede secar uno con ella si es que aún está lo
suficientemente limpia,
Y lo que es más importante: una toalla tiene un enorme valor
psicológico. Por alguna razón, si un estraj (estraj: no autoestopista) descubre
que un autoestopista lleva su toalla consigo, automáticamente supondrá que
también está en posesión de cepillo de dientes, toallita para lavarse la cara,
jabón, lata de galletas, frasca, brújula, mapa, rollo de cordel, rociador
contra los mosquitos, ropa de lluvia, traje espacial, etc.
Además, el estraj prestará con mucho gusto al autoestopista cualquiera
de dichos artículos o una docena más que el autoestopista haya «perdido» por
accidente. Lo que el estraj pensará, es que cualquier hombre que haga autoestop
a todo lo largo y ancho de la galaxia, pasando calamidades, divirtiéndose en
los barrios bajos, luchando contra adversidades tremendas, saliendo sano y
salvo de todo ello, y sabiendo todavía dónde está su toalla, es sin duda un
hombre a tener en cuenta.
De ahí la frase que se ha incorporado a la jerga del autoestopismo:
«Oye, ¿sass tú a ese jupi Ford Prefect? Es un frud que de verdad sabe dónde
está su toalla». (Sass: conocer, estar enterado de, saber, tener relaciones
sexuales con; jupi: chico muy sociable; frud: chico sorprendentemente
sociabilísimo.)»
'Guía del autoestopista galáctico', de Douglas Adams, Editorial
Anagrama, página 16.
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